cuando la tristeza y la alegría viajan en el mismo tren


600 palabras



Halloween Party. Demasiada pintura, mucha cerveza, jaggerzombie. Disfraces frenéticos, fiesta hasta altas horas y como no: amnesia. Supongo que es la magia Erasmus. Al día siguiente  arroz para no variar, mucho café y parloteo. Parloteo con el compi portugués, que me enseña, mientras digo cosas sin sentido, y me inspira.

3000 son las palabras que él usó en su blog. 600 palabras me bastarán a mí para intentar recordar y reconstruir estos dos meses.

Supongo esto es a lo que se referían cuando hablaban del “rollo Erasmus”. Supongo que será poder ser tú mismo, conocer a 100 personas al día, que te digan dos veces por semana “no, si ya hemos hablado antes”, supongo que será presentarte en inglés aunque el otro te entienda perfectamente, o quizás puede ser aprenderlo todo, en el momento que te das cuentas que tienes más horas de actividades que de universidad. El rollo Erasmus creo que es hacer millones de planes, porque el amigo de un amigo del primo hermano de la novia de un español viene, y tiene que pasárselo bien, también creo que se trata de coger el pintalabios y dejarte llevar, ya sea en los brazos de tu mejor amigo o en la cara de tu compi alemán. Quizás sea descartar Frankfurt para salir, porque de sobra sabemos que nos perderemos, o descubrir que A5 no existe, son los padres. A lo mejor es simplemente darte cuenta con 21 años que eres adicto al Momax.

Esta es la experiencia, que una Koreana a la que no tienes (aún) en Facebook y de la que olvidaste el nombre te invita a su cumpleaños, que se hacen fiestas en la planta de un bloque y solo tienes que preocuparte de recordar con quien estuviste en cada momento, aunque la opción de la cámara yo no la descarto.

Y sí, es el rollo Erasmus, levantarte y descubrir que una estadounidense a la que has visto dos veces está durmiendo en tu sofá; tomarte un café en la terraza y hablar a gritos con los del bloque de enfrente, porque aunque sean de otra resi, sí, ellos también durmieron en Karlshof.


Es la movida, que siempre habrá alguien en cualquier lugar, para ofrecerte una cerveza, sacarte a bailar, o proponerte ir a algún sitio, porque nos estamos “achicopalando”.

Me gusta karlshof, me gusta la vida alemana, me gusta vivir con alguien que baje cualquier día con una espada y yo  me ría en vez de tapiar mi puerta. Me gusta poder leer Peter Pan en inglés, y como no, tomarme un café y 500 galletas en el 603.

Sí, me gusta el rollo , me gusta creer que estaremos aquí siempre, que este año quizás no se acabe, aunque perdamos 10 meses de vida cada semana que pasa...

Así que mientras el portugués termina su carta yo acabo con mis 600 palabras, y me doy cuenta ahora, ahora que por fin se usar facebook, ahora que hablo en ingles con un francés de pelis de Woody Allen, ahora que se decir cómo me llamo en portugués, “tú eres el más guapo del mundo” en italiano y algún piropillo en alemán. Me doy cuenta ahora, justo cuando empiezo a aprender a bailar rock&roll, danza del vientre, street dance, salsa y merengue, justo cuando escucho música uruguaya y he prometido a una argentina que viviré con ella en Barcelona. Ahora, cuando soy consciente de que no he cambiado nada, pero quizás nunca llegue a ser la misma…me doy cuenta, que quizás 600 hayan sido muy pocas palabras. Asique bis bald y nos vemos donde siempre corazones.


Prost!

1 comentario:

pekeño rock and roll dijo...

totalmente deacuerdo mari no creo que se pueda expresar tanto lo que la vida erasmus, es sobretodo si la estas viviendo ahora mismo como es mi caso solo espero que sigas expresando todo con tanta ilusion y que disfrutes cada momento y yo que lo lea y sigua compartiendo sentimiento sobre la erasmus life un besoooooooo grande